martes, 26 de mayo de 2009

¿OTRA CULTURA? ¿OTRA ECONOMIA?


...//...
-Querria comprarle un huevo, por favor -dijo finalmente con timidez-. ¿Cuanto cuestan?.
-Quince céntimos uno, cinco céntimos dos.
-¿Entonces dos cuestan mas barato que uno? -preguntó Alicia asombrada, sacando su monedero.
-Es que si compras dos huevos tienes que comerte los dos -explicó la oveja.
-En ese caso, me llevaré solo uno, por favor -concluyó Alicia. ...//...
Lewis Carroll: Alicia a Través del Espejo.
La niña de la foto es Sol Ricci

viernes, 22 de mayo de 2009

EL TIEMPO DE OTRA CULTURA


La Economía Social no puede ser el proyecto seudo alternativo de un conjunto de empresas capitalistas disfrazadas de cooperativas y mutuales encubriendo una operación lucrativa para ampliar beneficios económicos que no serán distribuidos ni equitativa ni cooperativamente. No puede ser un entretenimiento de intelectuales ni tampoco una propuesta caritativa, de la mano de la academia universitaria y de las ONGs. Al asociativismo formal y a la academia les resulta muy natural la escisión del discurso con la sistematización de prácticas afines a la importación de modelos ajenos, a la jerarquización del saber “científico” y sus variantes económicas, a la competencia acumulativa (de saberes, de bienes, de papers, de cargos, de honorarios) y al repliegue autoreferencial. Las ONGs, ya lo sabemos, han constituido en muchos casos la extensión privatizada de las políticas del Banco Mundial en nuestros países.
La economía social no puede ser sino propuesta política transformadora, y por lo tanto, si no quiere confundirse con una versión mas o menos agiornada de la economía clásica no debería inspirar su accionar en las propuestas existentes en los escaparates comerciales de la modernidad (determinadas políticas, proyectos, metodologías, inversiones, subvenciones, conceptos, definiciones, formas de ver al mundo).
Si hay algo que define a los militantes que fundan su pensamiento en esta corriente es la creatividad. Necesariamente la creatividad parte de lo existente, pero su producto va mucho más lejos que eso. El creador no derrumba muros para construir después. Construye, y mientras lo hace hay algo que se va cayendo, que se convertirá en sustrato. El no mira eso, está concentrado en la construcción.
Si la economía social quiere ser, debe ser ahí. Ser ahí significa incidir, cortar, acontecer. El ser ahí es un acontecimiento que vincula las necesidades de hoy con las luchas históricas; lo social y lo político. Implica romper con un “tiempo” que mide y fija cosas, que tiene una linealidad, que se sirve de las formas mas codificadas de la información, mas serializadas del mercado, mas universalizadas de la subjetivación, para reducir las relaciones a un modo homogeneizante y desterritorializado. Ese tiempo es el inherente a la cultura capitalista, no puede ser el de la economía social.
“Los procesos de subjetivación, esto es las diversas maneras por las cuales los individuos y las colectividades se constituyen como sujetos, solo valen en la medida en que, cuando acontecen, escapan tanto a los saberes constituidos como a los poderes dominantes” (Deleuze, Derrames). Es en esa línea de fuga que se instaura un acontecimiento, un devenir, un nuevo espacio tiempo, es decir, se engendra lo naciente.
De esa forma, el cambio que anhelamos no está en la cima del tiempo, al final de la historia, sino en la inmanencia del devenir transformador y transformante de las personas fundado en la posibilidad de producir acontecimientos que nos liberan de nuestra mismidad, de nuestra continuidad de identidad, que significaría inventar nuevas formas de vivir, de subjetivarnos, de insubordinarnos, formas que promuevan “nuestro propio y demiúrgico esplendor”. (Peter Pal Pelbart, 11). Para cortar, incidir, cambiar, la militancia de la economía social no puede quedar homogenizada en el transformismo político o asociativo, ni en la academia, ni en ningún poder dominante, ni en las naturalizaciones que igualan, ni en las series del mercado, ni siquiera en la propia identidad. De lo contrario el resultado de nuestras prácticas no diferirá gran cosa de las consecuencias del modo de vida capitalista que pretendemos cuestionar. J. Ricci . La obra es del artista Julián Althabe

martes, 19 de mayo de 2009

EL AMOR Y LA POLITICA

No creo que haya en esto una contradicción, porque la política es también una forma del amor (aunque no viceversa). Hay que aventar cierta mentirosa imagen que suele presentar al luchador político como un ser tan riguroso en su disciplina, que es incapaz de amar como cualquier hijo de vecina, e incluso a la hija del vecino, sobre todo si está bien de piernas e ideología. El amor no es un artículo suntuario, sino una necesidad vital del ser humano. Y no pensamos avergonzarnos de semejante realismo.
Mario Benedetti
(Cumplido!)

viernes, 15 de mayo de 2009

Sobre el Progreso, la verdadera Nobleza, el Misterio humano y el mundo Simbólico del hombre, según Teilhard, Nietszche, Octavio Paz y Jung.


“El Progreso no es lo que piensa la gente, ni eso que le irrita no ver llegar nunca. El Progreso no es inmediatamente la dulzura, ni el bienestar ni la paz. No es el descanso. No es ni siquiera de manera directa la virtud. El Progreso es esencialmente una fuerza, la más peligrosa de todas las fuerzas. Es la Conciencia de todo cuanto es y de todo lo que puede ser.” Pierre Teilhard de Chardin: El Fenómeno Humano

“Hermanos míos, yo os consagro a una nueva nobleza y os la revelo!. Debéis ser creadores y educadores, y sembradores de futuro.
En verdad, no una nobleza que podáis comprar, como la compran los tenderos, con oro de tenderos: pues poco valor tiene todo lo que tiene un precio.
¡Que a partir de ahora sea vuestro honor no el lugar de donde venís, sino el lugar a donde vais! Vuestra voluntad y vuestros pies que quieren ir mas allá de vosotros mismos, ¡qué esté en eso vuestro honor!....//.... ¡No hacia atrás, hermanos míos, debe mirar vuestra nobleza, sino hacia a delante!”. Friedrich Nietszche, Así habló Zarathustra

“El mundo de la producción en serie, es un mundo de cosas, de útiles. Y los útiles nunca son misteriosos o enigmáticos, pues el misterio proviene de la indeterminación del ser…//... El misterio es una fuerza o una verdad oculta, que no nos obedece y que no sabemos a que hora y como va a manifestarse. Pero los útiles no esconden nada, no nos preguntan nada y nada nos responden. Son inequívocos y transparentes. Meras prolongaciones de nuestras manos, no poseen más vida que la que nuestra voluntad les otorga. Nos sirven; luego gastados, viejos, los arrojamos al cesto de basura, al cementerio de automóviles, al campo de concentración. O los cambiamos a nuestros aliados o nuestros enemigos por otros objetos.” Octavio Paz, El laberinto de la soledad.

“Por regla general, el aspecto inconsciente de cualquier suceso, se nos revela en sueños, donde aparece no como un pensamiento racional sino como una imagen simbólica…//... Basándose en esta prueba, los psicólogos supusieron la existencia de una psique inconsciente, aunque muchos científicos y filósofos niegan su existencia. Razonan ingenuamente que tal suposición, implica la existencia de dos “sujetos” o dos personas dentro de un mismo individuo. Pero eso es precisamente lo que representa, con toda exactitud. Y una de las maldiciones del hombre moderno es que mucha gente sufre a causa de esa personalidad dividida. En modo alguno es un síntoma patológico; es un hecho normal que puede ser observado en todo tiempo y lugar. No es simplemente el neurótico cuya mano izquierda ignora lo que hace la derecha. Este conflicto es un síntoma de una inconciencia general que es la innegable herencia común de toda la humanidad.
Nuestra psique es parte de la naturaleza y su enigma es ilimitado. Pero negarlo, significa miedo a lo nuevo y lo desconocido.
Lo que no conseguimos ver conscientemente, con frecuencia lo ve nuestro inconsciente, que nos transmite la información por medio de los sueños.

“Para la mente científica, fenómenos tales como las ideas simbólicas son un engorro, porque no se pueden formular de manera que satisfagan al intelecto y a la lógica. La incomodidad comienza con el fenómeno del “afecto” o emoción que se evade de todos los intentos del psicólogo parta encasillarlo con una definición. La causa de esta dificultad es la misma en ambos casos: la intervención del inconsciente”. Carl G. Jung: El hombre y sus símbolos . El de ll foto es Lucas Ricci, en Palma de Mallorca

lunes, 11 de mayo de 2009

TRES MIRADAS, UNA MIRADA


“La televisión ha comenzado una obra de homologación destructora de toda autenticidad. Ha impuesto sus modelos, que son los de la nueva industrialización, que ya no se contenta con “un hombre que consume”, si no que pretende que ya no sean concebibles otras ideologías que la del consumo. Un hedonismo neolaico, ciegamente desprovisto de cualquier valor humanístico y ciegamente ajeno a las ciencias humanas”.

“La sociedad juega el juego de la masacre: ganar, poseer, destruir”.

“la libertad sexual no ha sido deseada ni conquistada desde abajo, sino que ha sido mas bien concedida desde arriba, a través de una falsa concepción del poder consumista”.

PIER PAOLO PASOLINI
El amigo Sapo se asomó a la ventana de mi escritorio una tarde de lluvia.

¿DEL SUBDESARROLLO A LA ECONOMIA SOCIAL?


En un reportaje reciente el senador Pepe Mujica (Revista Acción, abril de 2009), favorito en las encuestas para presidente del Uruguay, decía que “con miseria, con la brutalidad de la miseria no se puede hacer ni socialismo ni nada que valga la pena”, y que “no creía en el salto del subdesarrollo al socialismo”.
Es cierto que instaurar el socialismo en una sociedad de ricos y pobres, donde el aire que impera es a favor del capitalismo, y donde además circulan mitos que se encargan de que todos, aun los más perjudicados, sostengan las premisas del capital como únicas y naturales practicas humanas, instaurar el socialismo en esas condiciones parece imposible.
Sin embargo, quizás no se trata de instaurar el socialismo, sino de rescatar y poner en categoría institucional un conjunto de comportamientos que son los que hacemos todos los días la mayoría de la gente de nuestras sociedades. El capitalismo y especialmente la modernidad, pueden definirse como la capacidad de arrasar con todo lo viejo. Lo decía Marx: el capitalismo no deja estamento en pié. Todo lo que obstruya el comercio será arrancado de cuajo. Esa suerte corrieron por ejemplo los estamentos feudales. Pero también, esa suerte corrierron las construcciones del mismo capitalismo cuando ellas comenzaron a impedir la libre circulación del capital, vía intercambios de toda índole. Bauman habla de este proceso cuando se refiere a la “licuación” que van sufriendo los “sólidos” de la era industrial: la fábrica, la familia, el dinero, los principios, y hasta la misma trama social. Nada puede oponerse al vendaval de la modernidad. O se adecua a la nueva circunstancia o es eliminado.
Sin embargo hay espacios donde el capitalismo nunca ha podido plantar su bandera victoriosa, por lo menos no completamente. Uno de ellos es el de la unidad familiar, y especialmente en la más humilde; donde la práctica común se da en el marco de la cooperación, la ayuda mutua, la redistribución, la reciprocidad y hasta el asociativismo. Allí no se persigue un fin de lucro ni de acumulación, mas bien se procura la reproducción ampliada de la vida de todos, porque se procura, además de los materiales, el mayor alcance hacia todos los aspectos sociales, psicosociales y culturales. Y esto no se hace por respeto a una matriz ideológica, sino como única manera o posibilidad de mantener la vida, posibilidad que para muchos el capitalismo no le brinda.
El de la unidad familiar, sin embargo no es el único espacio de resistencia, es decir, donde están vigentes relaciones que no provienen de una practica capitalista. También puede darse en el grupo de amigos, en ciertas comunidades, en algunas organizaciones y sobre todo entre los chicos. Alguna vez he pensado en la posibilidad de hacer un programa de radio donde pudiera expresarse en vivo la fuerte presencia de estas particulares características vinculares, detectadas en diferentes formas sociales y culturales: personas, grupos, niños, poesía, arte, humor. Nada más que para hacer tangible la no totalización cultural de los estamentos capitalistas, a pesar de lo que parece.
Cuando estas características son elevadas a una categoría institucional, suele decirse que se está ante una economía social. Yo prefiero incluir a la unidad familiar también en la economía social. Porque siendo la economía una propuesta política, esa economía social institucionalizada va a necesitar de la permanente cercanía física con sus fuentes, una constante conversación con estas fuentes, ya que del otro lado tendrá las fuertes tensiones dominadas por la lógica del capital.
Pero la economía social debería ser todo un sistema capaz de producir, de manera superior (no en términos de eficiencia utilitaria), por medio de la asociatividad, la reciprocidad, la autogestión y la cooperación; y además contar con instituciones que lo sostengan, tal cual contó y cuenta el capitalismo. Y la principal institución de sustentación es el Estado.
El Estado puede ayudar a la constitución y fortalecimiento de este otro sistema, sin necesidad de abolir nada. Solo jerarquizando todas aquellas practicas que consolidan otra manera de producir, distribuir circular y consumir, en función de necesidades determinadas políticamente, y no bajo el influjo del mercado. Por supuesto, nada se dará por simple decisión, o con solo desearlo, pero la voluntad política es indispensable.
No creo que nada de esto se le escape al autor de las mateadas, que afirma además que hacer política es comunicar; pero comunicar entendido como la capacidad de relacionar la diversidad sociocultural en un espacio por medio de la conversación, que eso eran las históricas mateadas. Y en toda conversación con la gente del pueblo estarán presentes sin duda las características fundamentales de la economía social. Juan Ricci
El de la foto es Artigas, héroe de la independencia uruguaya, a pesar de que se definía como "argentino de la Banda Oriental".

domingo, 10 de mayo de 2009

TRES DE MACHADO Y UNA DE FONTANARROSA


"En mi soledad
he visto cosas muy claras,
que no son verdad".

"Para dialogar,
preguntad primero;
después... escuchad."

"Juzgarnos o corregirnos supone aplicar la medida ajena al paño propio."

“Si un amigo te clava un cuchillo en la espalda, desconfía de su amistad”.
En la foto bailamos griego con mi hermano Francisco.

jueves, 7 de mayo de 2009

¿OTRA ECONOMIA?


El siguiente fragmento pertenece al economista Julio Olivera, y a pesar de datar del año 2001, parece tener vigencia al día de hoy, en lo que hace a la necesidad de generar cambios estructurales que garanticen una oferta verdaderamente democrática de bienes públicos para todos. Además el texto plantea una discusión con la posición “científica” que le atribuye a la economía un lugar autónomo en la sociedad, independiente por lo tanto de la política. Está bueno para charlar….

“…el desequilibrio primario es el concerniente a la producción y la ocupación. Este desequilibrio nace directamente de la insuficiencia en la provisión de bienes públicos, desde la seguridad jurídica hasta la salud, la educación y la paz social. El déficit fiscal resultante se traduce a su turno por el saldo adverso de las cuentas en el exterior.”
“Los bienes públicos no son sustitutos sino complementos insustituibles de los bienes privados: esta es la idea directriz que se observa en el plan fénix. Por lo tanto la actual resecion no es (…) una alteración transitoria del equilibrio sino una deficiencia crónica, una debilidad estructural, destinada a persistir mientras no alcance la oferta de bienes públicos el nivel indispensable para la plena utilización de los recursos productivos. (…) lo que esta en debate no es una postura ideológica –estatismo contra liberalismo, planificación central versus economía de mercado- sino una cuestión científica susceptible de ser tratada objetivamente”.

Olivera plantea la noción de otro equilibrio, el que tiene en cuenta a la vida, pero incorporado ahora a una mirada científica, es decir objetiva. Sin embargo, la dificultad para la construcción de esa “otra” mirada científica esta controlada por los mitos, y como dice Kaplún el mito es un robo de lenguaje que facilita un abuso ideológico: me refiero al mito del crecimiento interminable apoyado en el desarrollo lineal y progresivo de la ciencia y la tecnología, orientado en un solo camino que es el del mercado.
La única manera de develar esa apropiación que subordina desde lo ideológico es desde la acción política, que de esta manera se convierte, al decir de Hanna Arendt, en la acción humana por excelencia, por ser expresión de la pluralidad humana.

lunes, 4 de mayo de 2009

LA VERDAD

Antonio Machado "¿Tu verdad? No, la verdad,y ven conmigo a buscarla.La tuya guárdatela"

QUE ES EL TEATRO...? (de la vida)

Un cuerpo emocionado
En un espacio iluminado

IMÁGENES DE LA VIDA

Julian Althabe. Autoretrato
“MI INFANCIA SON ZAPATOS MOJADOS,
TRONCOS ROTOS CAIDOS EN LA SELVA,
DEVORADOS POR LIANAS
Y ESCARABAJOS,
DULCES DIAS SOBRE LA AVENA,
Y LA BARBA DE MI PADRE SALIENDO
HACIA LA MAJESTAD DE LOS FERROCARRILES”.

PABLO NERUDA, (“CANTO GENERAL”)
El de la foto es un autoretrato de Julian Althabe, padre de Maria Santos

DE NOCHE


Abismado en la noche.
Tal como a veces inclina uno la cabeza para reflexionar, así, estar completamente abismado en la noche. Todo en derredor duermen los hombres.
Una pequeña comedia, un inocente autoengaño, es eso de que duermen en camas sólidas, bajo un techo seguro, estirados o encogidos sobre colchones, debajo de mantas; en realidad se ha reunido, como una vez aquel entonces, y como después, en un paraje desierto, acampado al aire libre, un numero incalculable de seres humanos, un ejercito, un pueblo, bajo un cielo frío, sobre tierra fría, echados al suelo en el mimo lugar donde antes estuvieron de pié, la frente apretada contra el brazo, la cara hacia el suelo, respirando tranquilamente.
Y tú velas; eres uno de los vigías. Agitando un tizón que has tomado del montón de ramas fraccionadas que hay a tu lado, descubres al vigía más próximo.
Alguien tiene que velar; eso es así. Alguien tiene que estar ahí.

Franz Kafka, Relatos Póstumos II. Cap 18.

SOBRE CIERTA HISTORIA PERSONAL

En las épocas de la militancia en los setenta y mas tarde durante mi trabajo en El Colmenar, recuerdo que nos proponíamos que los “vicios y liberalidades” del sistema no tuvieran eco entre nosotros. Para eso nos reuníamos al final de la jornada, nos criticábamos, reflexionábamos y nos sancionábamos. Concientes o no en aquel momento, me parece que ese era uno de los elementos más fuertes de nuestra resistencia y de nuestra militancia. Podíamos creer en un mundo diferente, que estaba a nuestro alcance, porque estábamos decididos a no ser como era la sociedad, y no teníamos dudas de que el ejercicio de prácticas de vida distintas, daría como resultado la posibilidad de una sociedad distinta. Además, pensábamos que jamás venderíamos nuestras ideas ni por todo el oro del mundo.
En los años posteriores, el capitalismo nos mostró lo que era: la capacidad de desmalezar el terreno de todo aquello que obstruyera la posibilidad de comerciar. Esta impronta le venía desde sus orígenes, al final de la Edad Media borrando los estamentos y creencias feudales y dejando al hombre solo frente al cálculo económico elemental del comercio y la empresa, que se imponían como una racionalidad natural.
Es el tiempo “duro” de la primera modernidad del capitalismo en su fase industrial: la comunidad, el barrio, la familia, la fábrica fordista. Pero la modernidad se definirá por su perpetua y obstinada decisión de expansión y crecimiento, de modo que en la “segunda modernidad” que comenzó en los 90, se propuso diluir o licuar todos esos sólidos, que ahora constituían un obstáculo para el fluir permanente del poder. Era necesario convertir en “líquidos” los compromisos mutuos, las limitaciones territoriales, los vínculos cercanos, los afectos, las lealtades. Inclusive la misma trama social, en cuanto estructura sólida sería contraproducente a la movilidad y efectividad de ese poder que necesita derribar muros, controles y fortificaciones sociales para establecer en ese lugar la precariedad, la fragilidad y la vulnerabilidad.
Esas son las condiciones que requiere ese poder para fluir.
Como dice Bauman, la nueva modernidad tiene inscriptas en su puerta las condiciones impuestas para vivir en “libertad”: primero, la aceptación de la naturaleza irreversible de esta situación. Y segundo, el reconocimiento por parte del individuo de su responsabilidad frente a la sociedad. Lo primero significa abandono de toda esperanza de cambio social; y lo segundo implica que la sociedad se retira y deja a la persona sola sobre su autoafirmación. El individuo como único actor frente al descomunal despliegue de las fuerzas más poderosas de la historia.
Por las dos vías, el adiós a la política.
Esa batalla nos la ganó el capitalismo. De algún modo fuimos cooptados por el liberalismo. No fuimos capaces de develar que la libertad que teníamos era solo para elegir entre opciones impuestas, y que nos faltaba la más importante: la que elaboráramos nosotros, desde nuestra creatividad. La única que pensaba en nosotros, que nos cuidaba. Porque esta claro que nos cuidamos.
Esa particular creatividad estuvo ausente en el desenlace de nuestra historia en el Colmenar; y no nos fue dado más que elegir entre las ofertas que se exponían como tentadoras mercancías en el bazar de la sociedad.

estrategia de los humildes


PRIMERO TE IGNORAN.
LUEGO SE RIEN DE TI.
LUEGO LUCHAN CONTRA TI.
LUEGO TU GANAS.
Mahatma Gandhi
(Gandhi entrando al Forein Office en Londres)

EL ANHELO DEL AMOR Y EL MONUMENTO


a mi amigo Nestor Sala

Quien sabe por qué durante treinta años no lloré la ausencia de mi amigo como corresponde. Hasta ayer. Quizás porque pertenezco a una generación que creyó, incautamente, en los valores de cierta insensibilidad. En aquellos años (y en aquellas circunstancias) había que ser fríos, dar saltos en conciencia (que no viene a ser lo mismo que ser concientes), asumir la lucha armada….no llorar por los seres queridos….porque todo eso era entrar en el peligroso, incierto e indefinido terreno de los sentimientos. A los que veníamos de una formación humanista nos revolvía el estómago la sola posibilidad de la muerte en nuestras manos. En realidad, mas allá de algunas vanidades, me parece que a todos. Confieso que a mí me conmocionaba la mera tenencia de un arma de fuego: me costaba mucho admitir que ese instrumento de muerte nos hiciera falta. Por suerte, o no, no importa, la vida no me puso frente a esa posibilidad.
Como consecuencia del trabajo con la comunidad mataca en la Cooperativa Nueva Pompeya, en el Impenetrable del Chaco, caí preso con mis compañeros en febrero de 1975 y fuimos a parar a la Alcaidía de Resistencia, donde estuve un año, hasta que me pasaron al PEN y fui trasladado a la U7. En ese año en la Alcaidía lo conocí a Néstor Sala.
Venía de no se cuanto tiempo en el calabozo. Lo habían torturado mucho. Pero cuando lo pasaron al pabellón y se pudo reunir con nosotros, el Flaco era el tipo más feliz del mundo. Para él eso era casi la libertad. Se había recuperado de sus heridas (un bayonetazo en un costado), y tenía el humor alegre. Disfrutaba de la conversación y de la compañía, disfrutaba la risa, y por eso andaba siempre con cara de contento, a pesar de que era absolutamente conciente de que tenía dictada la más brava de las sentencias. Me acuerdo con qué voracidad se largaba al comedor, cuando daban la voz del almuerzo. Para él, que venía del calabozo; y para nosotros, los tres compañeros del Impenetrable, la comida de la cárcel estaba buenísima. Nos reíamos después de la contrariedad que nos dio (a los cuatro) dejar aquel guiso de arroz con caldo de gallina, en solidaridad con nuestros compañeros, que habían descubierto que algunos arroces tenían ojitos, y eran en realidad gusanitos.
Pero lejos de estas cosas materiales, para mi el encierro era muy traumático, y no encontraba muchas posibilidades de poner en palabras los antagonismos que me atravesaban. El Flaco lo tenía mas resuelto y podía expresar sus contradicciones con mucha soltura. Por eso las charlas con él me devolvían la alegría, la entereza, la confianza.
Como se ha dicho de Nelson Mandela, el Flaco “poseía un talento excepcional para hacer que todos aquellos con los que mantenía trato se sintieran seres excepcionales”[1]. El Flaco nos hacía sentir iguales; iguales en nuestra condición humana, iguales en necesidad de respeto, de dignidad, de confianza. Esto no era muy común en un mundo de comandantes y subordinados, de esclarecidos concientes y de “milicianos” de bajo nivel.
En ese pabellón de la Alcaidía, hacinados con presos distintos a nosotros, sin ver la luz del sol un año seguido, caminando por el pasillo común a todas las celdas, ida y vuelta, ida y vuelta para hacer ejercicio, tratando de no rozar las paredes plagadas de escupidas, imaginando en nuestros diálogos fugas imposibles, con la angustia de no saber nada de nuestra familia, los presos nos ayudábamos a vivir, nos conteníamos, nos buscábamos sentidos y tareas, nos esperanzábamos con “la victoria” y nos obligábamos a hacer ejercicios que nos mantuvieran fuertes para lo que se viniera.
Una vez, charlando con el Flaco en su celda, me contó cómo veía la que se le venía, al menos para él. Sabía que su estadía en la Alcaidía sería transitoria, y hablaba de su final de una manera que yo no comprendía, porque para mi la muerte era todavía eso que les pasa “a los otros”, nunca a uno. Y por eso él lo conversaba con humor. Entre risas me dijo:
- “Por lo menos una calle de Resistencia llevará mi nombre”.
Yo venía de un ambiente que valoraba a los antepasados ilustres, y todavía me faltaban algunos años para liberarme de esos mandatos, de manera que, también en tono de humor le expresé mi admiración:
- “Eso quiere decir que te recordarán como un prócer, no está mal, Flaco.”
(¿De qué otra manera dos amigos (de 25 y 29 años) podían referirse a la muerte, si no era gambeteándola de esa manera?. Hubiera sido imposible, y quizás innecesario para nosotros en ese momento darle la cara, hablar frontalmente de cosas tan dolorosas).
Pero Néstor se puso serio. Y con infinita paciencia y calidez me dijo: “Juan, a mi me interesa la vida. ¡De qué carajo me sirve un monumento!”.
Nos reímos. Y seguramente haya habido más palabras. No las recuerdo. Pero conservo en la memoria muchas cosas más de las que simplemente dicen esas palabras. Yo tenía 25 años y estaba escuchando una lógica que me emocionaba. La vida como pasión y razón, primera y determinante. A esa conversación y a ese espíritu vital he tratado de ser fiel toda mi vida, en la certeza de que si lo soy conmigo mismo y con la vida lo seré con el Flaco y con todos los compañeros que quise y respeté. Y también con la causa por la que, paradójicamente, se moría.
Dos años mas tarde, al Flaco lo mataron en Margarita Belén.
Aquí quisiera traer aquella incomparable síntesis de Russell: “Tres pasiones simples pero abrumadoramente fuertes han gobernado mi vida: el anhelo del amor, la búsqueda de conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad”. El Flaco estaba absolutamente enamorado de su “gorda”, Mirta Clara, que estaba presa en la misma Alcaidía. Hasta entonces, yo no había conocido en otra persona un amor tan fuerte. El amor del Flaco era un amor irrenunciable y predominante; así por lo menos aparecía ante nosotros. Pero este amor se parecía al que yo creía sentir por mi compañera. De manera que, además de sentirnos unidos en nuestro “anhelo de amor”, el Flaco me transmitía su compañerismo en algo que no era precisamente valorado en ese momento, porque parecía que no debíamos darle tiempo a esas “liberalidades”. La revolución debía imponerse al amor.

Y ayer, quizás influenciado por la poesía de Neruda: “… mi infancia son zapatos mojados…”, pensé en la fuerza que tuvo en mi juventud la figura de mi amigo el Flaco Sala, y me acordé de aquella frase de Saint Exúpery en Vuelo Nocturno: “Amigo mío, en tu presencia mi corazón se libera, y no tengo que estar simulando certezas ni seguridades….”.
Y lo lloré.
Posiblemente porque 30 años después, todavía me resulta muy difícil vivir vínculos de confianza, cariño y respeto que nos hagan sentir contentos, reconocidos, valorados. Vínculos que no pongan por delante la ideología, la esencia, los valores, sino que todo eso esté al servicio del hombre y de la persona. Y de su singularidad.
Con esa nostalgia (y esa esperanza) recuerdo a mi amigo el Flaco Sala.
La foto es de la compañera de Nestor, Mirta Clara, sentada a su lado, quien me la cedió.

[1] Federico De Klerk, presidente de Sudáfrica, Nóbel de la Paz en 1993 junto a Mandela.

UN SUEÑO


DESDE OTRO LUGAR

Hay una playa
Y en el mar un barquito
que se mueve al compás de las olas.
El agua es azul y blancas las velas del barco.
Pero yo necesito altura porque quiero viajar,
Y he comprendido que mirar barcos desde lo alto
Es una manera de viajar.
La altura que elijo es una construcción desanimada,
De esas que hay en las playas.
Tiene dos pisos, y desde el de arriba,
Como un balcón que prolongara la terraza,
Cuelga una pileta de plástico.
Desde ahí observo, el mar y el barco.
Pero debo saltar afuera, el plástico no me contiene.
Caigo a la arena justo a tiempo.
En el mar oscila suavemente el barquito.
El cuadro es de Van Ghog

¿QUE ES LA ECONOMIA SOCIAL? DOS FORMAS DE DECIR CASI LO MISMO


QUE ES ECONOMIA SOCIAL:

A partir de la definición del campo de la economía social se presentan diversos problemas, no solo de índole investigativa sino también profundamente políticos. Para algunos (el concepto clásico) la economía social es la corporización lisa y llana del conjunto de cooperativas y mutuales del país. Para otros, es esto mas el Tercer Sector, y algunas veces incluyendo también a las empresas del Estado. Para otros, como Coraggio, es un conjunto de prácticas que se expresan desde la unidad domestica (UD), y abarca a cualquier figura que las lleve a cabo.
Me parece importante destacar que entender a la economía social como propuesta política de otra economía y otra política, limitada a las cooperativas y mutuales y a algunas ONGs, no hace mas que preparar las condiciones (y mas tarde la justificación) de su pronta transfiguración en otra cosa (desnaturalización para Singer), dada su cercanía material con la lógica de mercado y su lejanía, por definición, de las practicas populares.
Me inclino entonces por una concepción (política) de la economía social que, partiendo de la materialización de ciertas practicas populares, como la solidaridad, la confianza, la misma asociatividad y la carencia de lucro, desarrolladas en la unidad domestica como estrategia de reproducción de la vida, alcance a todos los emprendimientos de producción física y social que se inspiran en aquellos principios. La posibilidad de realización de otra economía estaría vinculada a la generación de instituciones capaces de reproducir una nueva tecnología de producción combinando asociatividad, propiedad de los medios de producción en manos de los trabajadores, autogestión y participación democrática en las decisiones, y determinación participativa de las necesidades.
Creo que de esa manera, esta forma de producir, distribuir, circular y consumir generaría una vida social signada por una ética distinta, donde el objetivo central sería la reproducción de toda la vida.


La siguiente es otra versión del mismo tema.


QUE ES ECONOMIA SOCIAL:
El mundo tal cual lo vemos hoy no fue siempre así.
De hecho, los que somos un poco más viejos, hemos conocido formas de relacionarnos que no se regían solo por la especulación, por el afán de lucrar, por el interés de acumular ni por las leyes de la oferta y la demanda. Porque estas parecen ser las leyes fundamentales del sistema económico en el que vivimos. Pero todavía hoy uno puede ver lugares, espacios, relaciones, en los cuales no priman esas leyes. En nuestras relaciones barriales si la vecina nos pide dejarnos los chicos porque tiene que salir de urgencia, lo aceptamos y después ni se nos ocurriría cobrarle. Si un amigo quiere de nosotros una mano, no lo pasamos por el tarifario de los servicios prestados. Si en la familia hay uno solo que trabaja, está asegurado que lo poco que entre se repartirá de acuerdo a que a nadie le falte comida. Si en el barrio hay algún problema, suele suceder que nos juntamos todos, aun los que no han sido afectados por el problema, a pensar en posible soluciones.
El sistema capitalista es un conjunto de reglas que, como vienen de instituciones que parecen muy antiguas, muy anteriores a nuestra aparición en la tierra, nos parece que son leyes naturales. En realidad son mitos. Los mitos son historias inventadas que parecen naturales. Y por eso nadie las discute.
La economía social quiere discutir esas leyes.
La economía social, entiende que la del sistema capitalista no es la única forma de relacionarnos. Existen otras. Por ejemplo ciertas conductas del barrio. Esas “leyes” barriales, que no buscan sacar provecho del otro, que no quieren que en la familia solo coma el poderoso, sino todos; que quiere que resolvamos los problemas de todos entre todos, que no tiene afán de acumular, que no admite que alguno de nosotros esté tirado mientras el resto disfruta, son leyes que tienen una mayor antigüedad que las capitalistas.
Pero hay que elevarlas a la condición de leyes, porque ahora no lo son. Han caído en desuso, derrotadas por las leyes de la utilidad y de su reconocimiento, que en definitiva es la ley del dinero. Y esto no quiere decir solo que un congreso legislativo las convierta en legislación, en legalidad jurídica. Quiere decir que es necesario que existan muchas instituciones como la nuestra que quieran vivir de acuerdo a ellas y transmitirlas a los demás. Hasta que parezca natural, como ahora con las leyes del capitalismo, que nuestras relaciones sean de confianza, solidarias, cooperativas, y sobre todo respondan a lo que necesitamos nosotros, y no a lo que nos convencen que necesitamos. ¿Quién sabe mas sobre nosotros sino nosotros mismos?.
Pero para saber de nosotros mismos parece indispensable estar comunicados, entre personas y entre organizaciones como la nuestra. No podemos saber lo que queremos y lo que pensamos si no conversamos. Sabemos como es la conversación entre personas. ¿Cómo es la conversación entre organizaciones?. ¿Como es un espacio donde muchas organizaciones conversen sobre los temas que las preocupan, es decir el trabajo, las necesidades, la educación, la salud, el barrio…..
Parece que de la creatividad que pongamos en construir esos espacios de participación dependerá la posibilidad de manejarnos de acuerdo a otros valores, a otros principios, a otra economía, desde otro sistema.
El sistema de la economía asocial.

viernes, 1 de mayo de 2009

sobre un nuevo espacio publico


SOBRE LA NECESIDAD DE CREAR NUEVOS ESPACIOS PUBLICOS

“La actividad de la pluralidad humana es la acción política, que viene a ser la acción humana por excelencia”. Hannah Arendt

Lunes 20 de abril, a las dos de la tarde en la Universidad de General Sarmiento: obreros construyendo nuevas aulas, muchos de ellos jóvenes, pibes de entre 20 y 30 años, algunos preparando la mezcla, otros haciendo pozos para las columnas de los cimientos. Alrededor, la usual multitud de jóvenes estudiantes, chicos y chicas que van y vienen, de mas o menos la misma edad de los obreros. Y casi la misma clase social. Pero unos estudiando y otros trabajando. Unos construyendo prestigio y otros construyendo (lo que vivirán como) la base de su desprestigio. Me pregunto, ¿Qué pensarán en este momento esos muchachos obreros de los muchachos estudiantes?. Algunas caras, observé, expresaban claramente, cuando se detenían a mirar el entorno entre palada y palada: ¿por qué yo aquí y ellos allá?. Por qué no soy yo un estudiante también, con mis libros abajo del brazo?. Y, me imagino la rápida respuesta que aparecerá en su mente: porque yo no puedo, no me da la cabeza, no es lo mío, lo mío es trabajar.
Pero ¿cual sería la manera de salir de ese pensamiento del no puedo hacia el yo puedo? ¿Como puede encontrar la verdadera razón de su condición, o de su situación actual, y la posibilidad de revertirla? Solo si pone en duda los conceptos que le aparecen como naturales. Me refiero a todo eso que él dice, y que para él se cae de maduro: “yo no puedo, no es lo mío, no me da la cabeza”. Y también: “las cosas están bien así”.
Pero eso no es fácil. Poner en duda cosas que aparecen como tan naturales, no es tarea para uno solo. Debería –en realidad- crear un grupo para dialogar, para generar un flujo de ideas puestas en común que le permitan ir develando su historicidad, es decir, el proceso por el cual se fueron construyendo esas ideas y esos conceptos que, ahora, aparecen como naturales, y en realidad tuvieron un devenir histórico.
¿Es posible que lo haga?
La sociedad capitalista neo liberal instaló entre otros el mito de la tolerancia: El liberalismo –se dice- soporta o tolera cualquier cosa. En EEUU es posible andar por las calles con cualquier indumentaria. Nadie lo toma en cuenta, es la tierra de la libertad. Pero eso es un mito, y mito es algo que aparece como natural, y en realidad ha sido fabricado. Y ya sabemos como son las fabricas de mitos, su maquina mas importante es el poder. El mito de la libertad y la tolerancia de la multipluralidad es un mito, porque el capitalismo neoliberal no está dispuesto a aceptar cualquier manera de ser y de actuar, diversa. No es tolerante; mas bien pretende hacer homogénea a la sociedad, (la famosa campaña por el pensamiento único), y para eso “destierra sistemáticamente concepciones enteras, modos de pensar y de ver al mundo que se consideran simplemente fuera de la realidad, fuera de lo pensable” (Kaplún, 2009). Quiere naturalizar su manera de ver las cosas. Quiere que su manera de ver aparezca como la única verdadera manera de ver.
Si alcanzara a develar esta situación de historicidad, y no de naturalidad, el joven obrero de la construcción en la universidad de Gral Sarmiento puede aún llegar a sentir indignación. La misma que puede sentir uno, al develar las finas tramas construidas para apresar, para silenciar, para impotencializar. Sin embargo la indignación es una salida privatizada de la política. Esa indignación es la que a veces transforma a las personas en “morales”. En reservas morales, ya que por el lado bueno también se le puede seguir haciendo el juego a los intereses del poder que deshumaniza. Porque la indignación no implica diálogo, ni soporta alteración. La indignación quiere mantenerse tal cual es, igual a si misma, pura. Es apenas un fuego interior que no quiere propagarse. Y si se propagara lo haría de individualidad en individualidad, nunca colectivamente. Y en ese sentido niega la politicidad, no quiere echarse al ruedo de lo público donde puede ser transformada.
La politización sin embargo, pretende establecer espacios de dialogo, interactuantes, donde se pone en común el problema y la necesidad, y sobre todo sus causas, y también las maneras de solucionarlo, que pueden ser varias, y a veces por supuesto llegar a contradecir la racionalidad homogénea. Pero para alcanzar esa diferenciación, el dialogo requerirá información, porque necesito historizar para develar. Y mas tarde aparecerá la necesidad de actuar, de llevar a la práctica lo pensado y verbalizado, se requerirá organización. Y todo esto deberá haber sido construido autónomamente, es decir, con distancia respecto de los caminos, practicas, teorías, conocidas o establecidas. No aboliéndolas. No negándolas. Simplemente ahora ellas ya no conducen, porque la coordinación emana de nosotros.
De esa manera puede definirse un nuevo espacio público, no privado, donde prima la historicidad, la interacción, y el dialogo, como puesta en común de las cosas privadas. La politización es un proceso abierto de participación que implica diálogo, información, interactuación y acción, en un proceso que va de lo privado a lo público. Politizarse exige aceptar la premisa de que si quiero modificar, si pretendo que las cosas cambien, yo también debo cambiar.
Y en este sentido, la acción política, como expresión de la pluralidad humana, viene a ser la acción humana por excelencia.
La foto es de la obra "El Pensador" de Rodin.

21 de abril de 2009

Pido Silencio (poema de Pablo Neruda)


Pido silencio:

Ahora me dejen tranquilo.
Ahora se acostumbren sin mí.

Yo voy a cerrar los ojos.

Y solo quiero cinco cosas,
cinco raíces preferidas.

Una es el amor sin fin.

Lo segundo es ver el otoño.
No puedo ser sin que las hojas
Vuelen y vuelvan a la tierra.

Lo tercero es el grave invierno,
la lluvia que amé, la caricia
del fuego en el frío silvestre.

En cuarto lugar el verano
redondo como una sandía.

La quinta cosa son tus ojos,
Matilde mía, bienamada,
no quiero dormir sin tus ojos,
no quiero ser sin que me mires:
yo cambio la primavera
por que tú me sigas mirando.

Amigos, eso es cuanto quiero.
Es casi nada y casi todo.

Ahora si quieren se vayan.

He vivido tanto que un día
tendrán que olvidarme por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue interminable.

Pero porque pido silencio
no crean que voy a morirme;
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.

Sucede que soy y que sigo.

No será, pues, sino que adentro
de mí crecerán cereales,
primero los granos que rompen
la tierra para ver la luz,
pero la madre tierra es oscura,
y adentro de mí soy oscuro:
soy como un pozo en cuyas aguas
la noche deja sus estrellas
y sigue sola por el campo.

Se trata de que tanto he vivido
que quiero vivir otro tanto.

Nunca me sentí tan sonoro,
nunca he tenido tantos besos.

Ahora, como siempre, es temprano.
Vuela la luz con sus abejas.

Déjenme solo con el día.
Pido permiso para nacer.

Pablo Neruda.
Estravagario
El cuadro es "Las Taithianas" de Gauguin.