miércoles, 1 de diciembre de 2010

MI POSICIÓN

Alcanzo a comprender toda la ficción que tiene la política, y la acepto, pero en ciertas cosas vinculadas a la posición desde donde estamos, prefiero hablar con la mayor claridad posible.

Salvo el breve momento de la elección de Kirchner en su primer intento, yo no he sido kirchnerista. Salvo aquel primer momento de Michelangelo, coronado después por la elección y la emocionante asunción, mas tarde desde la Plaza de Mayo, y un corto momento de aquel su primer gobierno, yo no he sido ni me he sentido kirchnerista. Tampoco he pertenecido a agrupaciones que lo fueran. Milité sin embargo y sin interrupción en espacios vinculados al espíritu cooperativo y asociativo, de corte popular y peronista.

Durante el curso de todo este año 2010 comencé a ver sin embargo un acontecimiento que estaba ocurriendo en la sociedad, o mejor dicho en las “cabezas” de la sociedad marginal...me refiero a una especie de salto en calidad. Pertenezco a una zona humilde de Moreno, quizás emblemática de las zonas marginales del conurbano. Y empecé a ver en esta gente humilde una posición ante la vida y la política que no había percibido antes con esa intensidad. Un cierto manejo de la cosa publica en manos de todos, una cierta información que corre por lugares nuevos, un cierto espíritu de construcción a partir del todos...un cierto sentido de la necesaria unidad....una proliferación de organizaciones de todo tipo....de jóvenes, de mujeres, de adultos, por distintos y variados motivos.

Si he vuelto a mirar al kirchnerismo no ha sido, lo confieso, porque Kirchner me cautivara sino por este movimiento, por esta alteración, que surge en tiempos del kirchnerismo, y que considero justo atribuírsela. Vuelvo a Kirchner por esa gente y por ese espíritu que comienza a sonar, todavía tímidamente, pero que para nosotros, militantes, es maná del desierto, es campo propicio para construir lo que siempre anhelamos, proyecto popular, acción del pueblo, sentido nacional y popular.

Sin embargo en el medio de esta situación sobreviene su muerte. Y quizás por aquello de que el hombre solo es cuando muere, ya que mientras vive esta siendo....pude ver en él dos cosas que me impresionaron, me marcaron.

La primera es su decisión de pelea. Aunque muy terrestre, mi religiosidad me permite recordar una oración que decía mas o menos así: “Dios, yo no te voy a pedir lo que te pide todo el mundo...no te pediré fortuna, ni paz, ni siquiera salud. Eso te lo pedirá todo el mundo...y por lo tanto será poco lo que te queda...Yo te voy a pedir lo que no te pide nadie, lo que te sobra....a mi dame la intranquilidad y la tormenta, la insatisfacción y la pelea, y dámela para siempre, que yo sepa que es para siempre, porque no se si tendré el valor de pedírtelo de nuevo”.

Esto vi en Kirchner y lo quiero para mi: la intranquilidad, la insatisfacción y la tormenta, hasta el ultimo aliento.

La segunda cosa fue su andar en la huella del diablo, como dice Kusch. En este mundo polar a veces caemos en la tentación de ser santos...o demonios, una u otra cosa, no las dos juntas, si lo sabremos los que venimos del 70...A pesar de nuestra formación peronista y de que sabemos que la justicia se practica y no se declama, a veces nos convertimos en justicieros...o racionalistas...pero hemos aprendido a valorar el caminar en la huella del diablo, donde confluyen los contrarios, lo esperable y el misterio...y donde la contradicción se resuelve andando....porque eso es la política donde se disputan las hegemonías y el poder...y porque ese es el lugar donde queremos estar, sin asustarnos de la condición humana....sin pretender que la política sea una cosa pura, santa, no de hombres...(paradójicamente, un lugar sin política...!).

Eso vi en Kirchner y me impresionó, en el sentido grafico, fui impresionado. No lo considero ni bueno ni malo, me impresionó. Haría mal si lo subo a un altar, si lo convierto en un mito, porque desde esas alturas ya no me enseña mas nada, deja de ser un hombre. Prefiero verlo así. Humano y seguir aprendiendo.

Pero también veo todo lo que falta. Y esto que falta también me atrae del kirchnerismo. Porque recién están dadas las condiciones, que es mucho, pero todavía falta llevar a la acción el proyecto nacional y popular. Y para eso nos hace falta mucha mas gente, nuevos estratos, nuevos espacios de pensamiento. Nuevas y muchas mas corrientes de opinión. Nuevas cabezas. Nuevas herramientas de participación...que permitan de manera estratégica la irrupción del pueblo, sujeto principal de nuestro Proyecto. Objeto primero de toda nuestra militancia.

Eso está por construirse. Eso es lo nuevo.Tenemos las condiciones, el espíritu el tiempo y la vocación. Cuenten conmigo. Contamos -seguramente- con muchos.